El
suplemento cultural de EL PAÍS analiza este sábado la eclosión de
las autoras de América Latina, lejos de etiquetas y estereotipos
La
onda de silencio que ha cubierto a las escritoras latinoamericanas se
ha roto del todo. Sus voces, diversas y de todas las generaciones
avanzan por el umbral de una época dorada para la literatura al
abrirse paso contra las etiquetas, el machismo, la discriminación,
los tópicos, los prejuicios, la incultura o la inercia del ninguneo
del mundo del libro, la sociedad y los medios de comunicación.
Esa
proliferación y normalización de nombres en la literatura rompe y
desafía lo establecido. Pero varias de estas escritoras denuncian la
prolongación de prácticas de otras épocas: creen que la historia
literaria sigue sin hacer justicia a las mujeres, se sienten
excluidas de la tradición, perciben un trato que mezcla la
condescendencia y el asombro ante sus libros y notan cierta
desigualdad frente a los hombres.
"¿Que
si publicar es difícil?", se pregunta la colombiana Marbel
Sandoval Ordóñez, autora
en su país de En
el brazo del río,
y contesta: "Mucho y más cuando se es mujer. La voz de las
mujeres en la literatura colombiana sigue siendo marginal y lo digo
como buena lectora, que siempre busca voces nuevas, y como escritora.
La industria editorial colombiana ha abierto más espacios a la
poesía escrita por mujeres, quizá porque la consideran femenina,
que a la narrativa. Y en España, una voz nueva tiene dificultad para
abrirse camino, más si no se escribe, como en mi caso, lo que el
mercado quiere. ¿Y que quiere el mercado?, le pregunté a un editor
experimentado. Historias como las de la crisis, me respondió. Sin
palabras. Para ese tipo de historias vuelvo al periodismo que es mi
cuna".
La
joven mexicana Brenda Lozano, que este verano ha publicado Cuaderno
ideal, cree
que en el caso de su país, Josefina Vicens abrió puertas. Por
ejemplo, dice, "en tiempos en los que lo mexicano era el gran
tema (pienso en Rulfo, Paz, el joven Carlos Fuentes), escribió El
libro vacío,
una bellísima novela más cercana a lo que se escribe hoy, mirando
los temas de la vida cotidiana y la imposibilidad de escribir. Me
parece que en México, Argentina, Chile y Colombia hay cosas muy
buenas, y me interesa, sobre todo, lo que se escribe ahora"