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samedi 25 avril 2015
vendredi 24 avril 2015
La educación exige emociones
El fenómeno es imparable. Los nuevos tiempos exigen desarrollar las capacidades innatas de los niños y cambiar las consignas académicas.
¿Estamos educando a las nuevas generaciones para
vivir en un mundo que ya no existe? El sistema pedagógico parece haberse
estancado en la era industrial en la que fue diseñado. La consigna
respecto al colegio ha venido insistiendo en que hay que “estudiar
mucho”, “sacar buenas notas” y, posteriormente, “obtener un título
universitario”. Y eso es lo que muchos han procurado hacer. Se creyó
que, una vez finalizada la etapa de estudiantes, habría un “empleo fijo”
con un “salario estable”.
Pero dado que la realidad laboral ha cambiado, estas consignas
académicas han dejado de ser válidas. De hecho, se han convertido en un
obstáculo que limita las posibilidades profesionales. Y es que las
escuelas públicas se crearon en el siglo XIX para convertir a campesinos
analfabetos en obreros dóciles, adaptándolos a la función mecánica que
iban a desempeñar en las fábricas. Tal como apunta el experto mundial en
educación Ken Robinson, “los centros de enseñanza secundaria
contemporáneos siguen teniendo muchos paralelismos con las cadenas de
montaje, la división del trabajo y la producción en serie impulsadas por
Frederick Taylor y Henry Ford”.Si bien la fórmula pedagógica actual permite que los estudiantes
aprendan a leer, escribir y hacer cálculos matemáticos, “la escuela mata
nuestra creatividad”. A lo largo del proceso formativo, la gran mayoría
pierde la conexión con esta facultad, marginando por completo el
espíritu emprendedor. Y como consecuencia, se empiezan a seguir los
dictados marcados por la mayoría, un ruido que impide escuchar la propia
voz interior.
- La voz de los adolescentes“Desde muy pequeño tuve que interrumpir mi educación para empezar a ir a la escuela”
Gabriel García Márquez
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