samedi 31 décembre 2016

Tradiciones


Si en la primera entrega los protagonistas fueron el pavo, el aguinaldo navideño, las comidas regionales –muchas de ellas prácticamente desaparecidas por obra y gracia de los globalizados langostinos y foie con tostaditas– y los menús viejunos de verdad, hoy nos centramos en la segunda parte de las fiestas. Pasen y vean por qué comemos doce uvas en fin de año y de dónde viene el tradicional roscón de Reyes.
Nochevieja y las doce uvas
Acercándose el 31 de diciembre aparecen como setas en periódicos, televisiones y blogs las historias que cuentan por qué comemos doce uvas en Nochevieja. Si tú también piensas que en 1909 hubo un excedente de producción de uvas y que los españoles empezamos a tragarlas a lo tonto al son de las campanadas, vives engañado. Pero no sufras, los medios de comunicación tampoco suelen tener ni idea y replican como loros ese mito que, a base de repetición y copia-pega, se ha incrustado ya en el imaginario popular.
Sobre el origen real de la tradición de las uvas escribí un largo artículo el año pasado, del que resumiré aquí lo más importante para que podáis cortarle a vuestro cuñado cuando empiece con lo del excedente. La primera referencia escrita a las uvas de Nochevieja que he encontrado (La Iberia, 1 de enero de 1893) dice —mencionando a un medio de la competencia— “No sabemos si El Estandarte habrá seguido la costumbre de comer las uvas á las doce de la noche en punto de ayer, para preparar la felicidad del año nuevo”. Es decir, que en las navidades de 1892 comer uvas ya era una costumbre al menos en Madrid.
http://elcomidista.elpais.com/elcomidista/2016/12/22/articulo/1482404021_411019.html

mardi 6 décembre 2016

PISA

¿Qué comunidades sacan mejor nota en PISA?

Los expertos subrayan que las mayores desigualdades no se dan entre países, sino entre regiones y, más aún, entre el nivel cultural de los padres.